miércoles, 20 de abril de 2011

Igual que una Rolling Stone

Me encanta sacar las cosas de caja, buscarle nuevas ubicaciones , avisa Celeste Carballo. Después de hacer un disco de tangos, Celos (08), vuelve al rock y al blues con su nuevo álbum Mujer de piedra .


¿Quién es esta “mujer de piedra”? Es la Madre Tierra, la piedra mineral. Es una stone woman . Como los Rolling Stones, que son mis líderes. Ellos hacen rock desde el blues y a mí me encanta eso. Yo me siento una atleta, como Mick Jagger, me siento una rolling stone (piedra rodante). Todo nace por una estatua que llegó a mi casa y yo puse en el parque. Llegó y me enloquecí; estuve un mes cantándole. Ahí empecé a escribir las canciones que ahora están en el disco.


O sea que la estatua te inspiró los temas, digamos.


Sí, los iba grabando todos en mi celular. Eso fue en el verano de 2010. Pero cuando llegó el invierno, perdí el teléfono. Pude recuperar casi todas las canciones menos dos: Mujer de piedra y Piedra filosofal (que está en inglés). ¡Me quería matar! Hasta que apareció el tema de los mineros chilenos y su rescate. Parecía que los estaba pariendo la Tierra desde su interior. Entré en éxtasis natural y ahí finalmente encontré la melodía.


Se ve que tenías que esperar para componer esas dos canciones.


La vida no es lineal, es un correlato.


El lema antes era “Sexo, drogas y rock&roll”. Ahora, ¿es la conciencia ecológica? El rock nació contestarario y se convirtió en sexo y drogas cuando lo deglutió el sistema. Y todo fue fama y dólares. Ahora, lo que a mí me interesa es proponer un cambio en la forma de vida; en estar sanos y mantener sano al planeta, que es el único que tenemos. Tuve fiebre reumática a los 6 años, hice tratamiento con penicilina mucho tiempo y quedé con las defensas bajas. Soy muy conciente de que me tengo que cuidar y propongo la salud como forma de vida.


La mujer que alguna vez lució una larga cabellera, ahora luce una cabeza casi rapada. Pero lo más llamativo no es su nuevo peinado, sino su indumentaria. Celeste aparece ataviada con un conjunto de pantalón y chaqueta de nylon negro, fabricado por ella misma con bolsas de residuos.


¿A qué se debe este cambio? Tiene que ver con una búsqueda de nuevas opciones. Con el pelo, empecé a cortármelo de a poco para evitar párasitos externos. Hasta que decidí raparme, y descubrí la belleza de mi cráneo. Con la vestimenta estoy testeando la reacción de la gente y me encuentro sorpresa y curiosidad. Creo que vivimos una época en que los diseñadores tienen una gran oportunidad de proponer cosas. Hace seis meses que yo me visto así y desde entonces, adelgacé y no me resfrié nunca más.


¿No es incómodo tanto plástico encima? Paso frío y paso calor. Pero la incomodidad es importante. Mirá lo que le pasa al mundo, ahogado de confort. Cuando estás demasiado cómodo, no te movés: ni en tus relaciones ni de determinadas situaciones. Todo eso genera familias neuróticas. Yo quiero armar un nuevo tipo de familia, con Wanda, mi perra. Disfruto del hoy.


Celeste vive hace más de 20 años en Moreno, casi en medio del campo. Allí recicla la basura, tiene su propia huerta y hace campaña entre sus vecinos para concientizarlos sobre medio ambiente. Además, trata de ser más cada vez más desprendida. Cuando escuchó una entrevista a la escritora Marguerite Yourcenar donde ella decía que no guardaba ninguno de sus obras porque no acumulaba objetos, decidió donar todos sus libros a la biblioteca del barrio.


“Estoy feliz, con buena energía, y quiero que la gente venga a verme tocar y cantar en el escenario que es mi lugar”. El 14 de junio es su show en el ND/Ateneo. “Por favor, no se queden con esto. En el escenario, está lo mejor de mí”.


DELGADA Y SANA GRACIAS AL NYLON NEGRO, CELESTE NO SE RESFRÍA MÁS Y ESTÁ FLACA.



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